lunes, 28 de enero de 2013

Animales

Ahora conozcamos los animales más característicos de esta ciudad. ¡ Os van a encantar!


CABALLOS ISLANDESES

Lo que Darwin llamó ".. la supervivencia de los más aptos.." en su  libro El Origen de las Especies, ha provocado que durante siglos se haya forjado una de las razas de caballos más apreciadas y respetadas en todo el mundo. Con sus más de mil años de existencia, el caballo islandés es una raza única en todo el mundo sin que haya intervenido la mano del hombre para realizar esa selección natural sino que la propia naturaleza ha ido elevando año tras año, década tras década, siglo tras siglo, la pureza de su sangre, proceso facilitado por la inexistencia de depredadores naturales que lo hayan puesto en peligro.




PUFFINS (FRAILECILLOS)



Para volar con soltura, baten sus pequeñas alas hasta diez veces por segundo, andando son torpes, mientras que en el agua se mueven con destreza, no en vano pasa los ocho meses fríos del año nadando y buceando en las profundidades sin pisar tierra firme. Tiempo en el que machos y hembras viven separados.





En sus inmersiones, también son las alas las que le permiten impulsarse con magistral eficiencia, así bucea hasta 30 segundos logrando persecuciones veloces a los peces a mas de 30 metros de profundidad, como difíciles descensos hasta los fondos en busca de alimento.




La más graciosa imagen es verlo con pececillos plateados colgando de su pico. Estos pequeños peces los capturan para alimentar a los polluelos, como veis no se conforman con llevar uno sólo, si no que pescan hasta llenar todo el pico. Que habilidad, ¿como lo logran?.El secreto está en su lengua áspera con la que empujan los peces capturados hasta el paladar mientras abren el pico para atrapar otro. 





De adultos prefiere alimentarse de crustáceos, 
vegetales marinos o peces de mayor porte y no comen habitualmente estos pequeños pececillos.
Pero no todo es poesía, en los países nórdicos resultan presa de caza habitual si bien aparentemente esto no afecta a sus colonias.
A finales del verano en Islandia, niños y mayores, recogen a los frailecillos jóvenes que han volado hacia los núcleos urbanos atraídos por las luces, que extenuados no saben que hacer al no encontrar comida y los llevan al mar salvándolos de una muerte segura. Alguno de estos cuando llegue a adulto es posible acabe en el estómago del mismo que lo salvó, pero hasta entonces contribuirá libremente a la supervivencia de su especie.





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